En un mundo cada vez más consciente de los desafíos ambientales y sociales, las empresas están adoptando estrategias de sostenibilidad con criterios ESG para garantizar su éxito a largo plazo. Sin embargo, no basta con simplemente afirmar que es una empresa sostenible, es fundamental respaldar estas afirmaciones con acciones concretas y verificables.
¿Qué son los criterios ESG?
Las siglas ESG en inglés son Environmental, Social y Governance. Estos corresponden a Ambiental, Social y Gobernanza, ASG en español. Estos hacen referencia al compromiso ambiental, social y de gobierno corporativo que convierten a una empresa en sostenible sin descuidar los aspectos financieros.
Criterios Ambientales
Son aquellas actividades empresariales que tienen un impacto positivo en el medio ambiente como reducir la contaminación de máquinas en materiales y emisión de gases de efecto invernadero, reutilización de residuos, entre otros. No solo se encarga de eso, sino que puede ocuparse de formas más generales como la protección de la biodiversidad.
Criterios Sociales
En esta sección, se encuentran las acciones relacionadas con condiciones laborales y respeto a los Derechos Humanos, en el cual uno de los objetivos es crear un espacio saludable para los empleados y la comunidad.
Criterios de Gobierno Corporativo
En esta sección se ven temas relacionados con el gobierno corporativo de las organizaciones, su calidad corporativa, cultura y procesos de gestión. Se enfoca, entre otras cosas, en la elaboración de políticas internas sólidas con indicadores claros y con factores como la externalización, cumplimiento normativo, rendimiento de los empleados y más.
A raíz de esto, el 76% de los ejecutivos que integran los ESG a sus empresas consideran que son fundamentales para sus estrategias de negocios, además de verlo como un facilitador de ingresos en lugar de un centro de costos, con un 72%, esto según un estudio realizado por IBM (Institute for Business Value)1.
Desconfianza in crescendo
Sin embargo, y a pesar que la sostenibilidad ambiental sigue siendo una prioridad para los consumidores y los ejecutivos de negocios en Chile, los datos inadecuados han desarrollado un desafío clave para ambos grupos cuando se trata de lograr objetivos personales y empresariales relacionados con ESG, con 56% de los encuestados apuntándolo como la barrera principal que retiene el progreso del ESG.
Según este mismo estudio, se reveló que 2 de cada 10 personas dicen confiar en las declaraciones de las empresas sobre sostenibilidad ambiental, en comparación de hace 10 años que era 5 de cada 10 personas, por lo que cada vez hay una necesidad de utilizar herramientas para proporcionar información certera y de confianza a la comunidad e inversionistas.
Sin la capacidad de acceder, analizar y entender los datos de ESG, las empresas están en una lucha constante por ofrecer una mayor transparencia al consumidor y cumplir sus expectativas. Es aquí donde se vuelve crucial seguir el cumplimiento normativo.
Cumplimiento Normativo: La Base de la Sostenibilidad
El cumplimiento normativo se refiere al conjunto de leyes, regulaciones y estándares que las empresas deben seguir y cumplir en su operación. Estas normativas pueden abarcar desde cuestiones ambientales como emisiones de gases de efecto invernadero o manejo de residuos, hasta aspectos laborales y de derechos humanos.
Te mostramos algunas de las razones por las que este punto es crucial para cualquier estrategia de sostenibilidad que desee llevar a cabo en su empresa:
- Legalidad y Responsabilidad:
Es una obligación legal cumplir con las leyes y regulaciones dictadas. Las empresas que no lo hagan, pueden enfrentarse a multas, sanciones e incluso corren peligro de dañar su reputación.
- Gestión de Riesgos:
Ayuda a las empresas a identificar y mitigar riesgos. Un ejemplo de esto es el manejo de derrames de sustancias químicas peligrosas de una planta industrial, el cual se debe realizar bajo regulaciones estrictas para garantizar la seguridad de las personas y el medio ambiente.
- Transparencia:
Cada vez pesa más la importancia de las empresas a ser transparentes con sus políticas ambientales, sociales y empresariales. La comunicación de estas prácticas genera confianza y credibilidad en sus clientes y stakeholders.
Una de las razones por la que la desconfianza de los consumidores hacia las empresas ha ido en aumento en temas de sostenibilidad, es por la cantidad de certificados falsos respecto a esto que han salido a la luz. Unido a la exageración en la comunicación de proyectos “sustentables” que resultan no ser verdad en tu totalidad, lo que hace esencial combatirlos. Esta práctica tiene el nombre de Greenwashing.
Contra el Greenwashing
El Greenwashing, también conocido como Lavado Verde o Ecolavado, es el acto de engañar, exagerar o falsear información respecto a actividades sustentables en empresas con el objetivo de obtener beneficios monetarios. Algunas empresas mienten descaradamente respecto a prácticas en ayuda al medio ambiente creando publicidad engañosa, otras, engañan sutilmente entregando información no vigente que podría alarmar a la ciudadanía. Un ejemplo de esto, sería promocionar un aerosol libre clorofluorocarbonos (CFC), el cual se comprobó es dañino para la capa de ozono estratosférica, cuando este componente está prohibido utilizarlo a nivel mundial desde 1987 gracias a la firma de Protocolo de Montreal.
Debido a la creciente preocupación de la ciudadanía por el cuidado al medio ambiente, es que más personas se han unido y están prefiriendo productos y servicios sustentables, que sean reciclables y amigables con el entorno, por lo que varias empresas se dieron cuenta de la popularidad que generaba ser “más verdes” y decidieron crear una imagen “verde” aunque sea falsa.
Ha sido tal el efecto del Greenwashing, que en mayo del 2022 se ingresó un proyecto de ley a la Cámara de Diputados de Chile² para sancionar esta práctica y velar por una adecuada acción y comunicación por parte de las empresas a los usuarios.
Validación Externa: Un Componente Esencial
Es por estas razones que hoy por hoy se ha vuelto esencial que las empresas integren una validación externa a sus empresas para construir una reputación sólida y a largo plazo de que lo que promocionan, sea real.
Los beneficios de esto son:
- Credibilidad:
Al tener un externo que valida las prácticas sostenibles de una empresa, agrega credibilidad. Los clientes y las partes interesadas confían más en las afirmaciones que comunica la empresa al ser respaldadas por un tercero independiente.
- Auditoría y Evaluación Objetiva:
Esta validación implica una revisión imparcial y objetiva de la misma. Todo esto asegura que las empresas no se autocalifiquen, sean evaluadas rigurosamente y eviten caer en el greenwashing. Además de agregar control adicional a los datos publicados al mercado, el cual ayuda a minimizar algún error que pueda poner en riesgo la marca.
- Estándares Internacionales
Existen varios estándares de calidad, entre ellos Amfori, una asociación empresarial belga líder a nivel mundial en comercio sostenible, el cual apoya a empresas a operar negocios exitosos y responsables, mejorando el desempeño ambiental, social y de gobernanza de sus cadenas de suministro. Dentro de los cuales está Amfori BSCI, el cual permite monitorizar a las compañías y mejorar el desempeño de su cadena de suministro en el área social y Amfori BEPI que se enfoca en el ámbito medioambiental. Esto garantiza que las empresas cumplan con criterios aceptados globalmente.
En Asalvo trabajamos bajo estos estándares internacionales y además desarrollamos unos propios con criterios de calidad, todo bajo el cumplimiento normativo correspondiente y temáticas ambientales innovadoras de la economía circular.
Si te interesa saber cómo implementar estos puntos a tu empresa, te queremos invitar a una prueba de asesoría online gratuita de 30 minutos para guiarte en tu próximo paso a la sustentabilidad.